EGECTOS Y MANIOBRAS QUE PERCIBO EN LO DEL ANUNCIIO DEL BOLIVAR DIGITAL. ¿A HOUDINI DEJA PERPLEJO?(Eligio Damas)

Efectos y maniobras que percibo en lo del anuncio del bolívar digital. ¿A Houdini dejan pendejo? Eligio Damas Houdini, aquel ilusionista austro-húngaro quien, posteriormente se hizo norteamericano, no sólo fue un excelente escapista, tanto que le tirabas al agua encadenado y bajo siete candados y aparecía en tierra, detrás de quien le encadenó y lanzo o, entre el público, totalmente liberado y hasta vestido como quien iba a una fiesta y cambiaba una cosa por otra ante la cara de todo el mundo. Pero, pese esas habilidades, terminó su vida intentando demostrar su invulnerabilidad; pues Houdini, como Aquiles, cuya fortaleza estaba en los tendones de sus pies, también tuvo la suya. El gobierno, esto cree uno hasta le demuestren lo contrario, pues el boletín mediante el cual informa lo que hace poco negó, la reconversión monetaria, intenta como aquel genial y sorprendente ilusionista húngaro, dada la convocatoria electoral y la indetenible corrida del dólar hacia arriba y los salarios para abajo, escaparse de la coyuntura, creando en nosotros una ilusión, quitándole ceros al bolívar y hablándonos de la entrada en vigencia de una moneda digital sin siquiera saber explicar claramente “cómo se come eso”. Y es que el gobierno, como Houdini y Aquiles, tiene su debilidad, motor que prende motor que se le apaga y precisamente no por falta de gasolina. Debo advertir al lector que, nada conozco de este asunto complicado de la puesta en vigencia del bolívar digital. La explicación dada, acerca de sus ventajas para mejorar las condiciones de vida del venezolano, por el Banco Central de Venezuela, es tan incomprensible para mí como la que hallé en las redes. Pareciera que unos y otros, quienes sobre eso escriben, como el Banco Central de Venezuela, lo hiciesen sólo para ellos y su pequeño grupo, como los académicos a quienes no les importa si el común de la gente les entiende. Y quienes en las redes escriben sobre eso también proceden de la misma manera. Lo de los académicos o quienes fingen serlo, es lograr el reconocimiento del mundo de la academia o le crean un académico autentico y, por eso se refocilan en el uso de palabras y conceptos como astringentes, que les permiten incluso fingir ante los demás como que tienen el trompo en la uña, aunque ellos mismos nada entiendan. Y el gobierno procura “convencer” a los suyos que “se la está comiendo”, para salgan a la calle a repetir lo mismo que les dijeron, aunque nada entiendan y el común de la gente se distraiga intentando entender una vaina que pareciera no tener pie ni cabeza, tal como estoy desde el amanecer y lo único que sé es que, el dólar costará 4 ò 5 bolívares, el salario mínimo mensual será de menos de 2 dólares y el hambre seguirá pegada de las paredes. Dije lo de los académicos y explicadores, por una cuestión sencilla, quien no quiere explicar o no es capaz de hacerlo, como nos gusta decir, maestro de escuela al fin, “con sus propias palabras” y de la manera más sencilla y comprensible, con ejemplos prácticos, un asunto complicado, de difícil comprensión para la gente común, a quien le urge saber porque toca de cerca sus intereses, es porque no entiende tampoco nada o le conviene y no le gusta que los demás sepan con exactitud de qué cosa se habla. Y, también, porque le falta humildad para reconocer que, como no entiende, no sabe explicar. Entiendo que, lo virtual es algo que no tiene existencia real sino aparente y su “existencia”, se vuelve convencional. El billete o la moneda tienen existencia real, siendo sólo papel o metal de poco valor*, pero también, por esto, mucho de virtual. Cuando uno abre una cuenta en un banco y a este entrega su dinero físico, sus billetes y monedas, el receptor, en nuestra cuenta, los convierte en una cifra. Cuando hago operaciones por pago móvil y transferencias, opero de manera virtual. Como cuando se usa el cheque. De acuerdo con esto, que es lo único que sé, las operaciones virtuales son de vieja data y dada la dificultad de ahora para conseguir dinero físico venezolano, el bolívar, y lo complicado de portarlo dado el poco valor del mismo, desde hace buen tiempo, las operaciones virtuales ya son de uso cotidiano. Antes se hablaba del dinero plástico, cuando empezaba a usarse las tarjetas de débito y crédito. Pero el gobierno habla de una moneda virtual que nos embellecerá la vida, inconfundible estilo de los oferentes que, entraría en vigencia en el “futuro inmediato”, con el mismo entusiasmo que habló del Petro, al cual ancló el salario mínimo, sin cumplir ese compromiso, con otras características que, por más que leo, no las entiendo. Y es bueno aclarar que, esa particular moneda virtual, “que nos liberaría del yugo del dólar”, no entrará en vigencia a partir del 1º de octubre, pese el anuncio, sino posteriormente, no se sabe a partir de cuándo exactamente. Lo que sí entiendo clarito y lo que los del Banco Central explican hasta con ejemplos, como dando muestran que sólo eso entienden o quieren que uno entienda, es que a la moneda actual le quitarán 6 ceros y esto lo asocian a la complicada explicación del bolívar digital, al cual le atribuyen la capacidad de repotenciar la economía y devolvernos la vida. No obstante, muchas de las cosas que se dicen, pese lo hermético y relativo a la facilitación de las operaciones comerciales o de intercambio, que como dije, venimos haciendo desde tiempo atrás, sólo sirven para adornar o distraer más por lo de los seis ceros que le quitarán a la moneda, por las dificultades que el propio Estado confronta para el registro de sus operaciones en bolívares, como las facturaciones y hasta soñando que a uno, como hubiese dicho Simón Díaz, se le pueda “embarbascar”, poniéndole ahorita el dólar a 4 ò 5 bolívares, siendo este el rumbo que lleva. http://www.bcv.org.ve/comunicado-bolivar-digital Pues de verdad, verdad, lo que entra en vigencia el 1º de octubre, es que al bolívar le quitan seis ceros y aunque se sueñe que, con poner al dólar en 4 ò 5 de esos bolívares, una también como maniobra psicológica para que uno crea, se masturbe mentalmente que la inflación fue derrotada, al ver la cuenta en el banco se percatará que, mis 40.000.000, se volvieron 40 e igual cosa pasará con el salario y entonces en plena tarea de alzamiento, a uno, todo se le derrumbará. Pero, como el gobierno, ya ha abusado demasiado con eso de ofrecer tantas veces la reactivación económica, el rescate del salario y el rugido de motores, quitándole ceros a la moneda, para terminar en lo mismo y tan rápido como canta un gallo, ha optado como cualquier vendedor de ilusiones de agregarle una cosa nueva e incomprensible para generar una expectativa, sobre todo porque este domingo, se efectuarán las elecciones internas del Psuv y hay el temor que la gente, en muy alto porcentaje, prefiera quedarse en casa, por el poco entusiasmo que eso le motiva y la dificultad para moverse no habiendo gasolina. Leo y releo lo de la moneda virtual y sólo entiendo lo que ya sé. Pues con ella me pagan mi poco salario y compro las pocas cosas que este me permite; pues pese si usted compra en el mercado, ese que nosotros llamamos público o municipal, con dinero físico las cosas le cuestan ostensiblemente más baratas, lo que para nada entiendo, salvo que, por el pago virtual, somos víctima de la más descarada especulación con la anuencia oficial. Y siendo así, pienso que, en el futuro inmediato, la cosa será peor, pese el gobierno diga que paralelamente circulará el bolívar físico. Suelen explicarme algunos comerciantes que, por el cobro virtual a su clientela, ellos deben pagar a la banca y a quienes manejan el mecanismo, unas tarifas muy altas que se trasladan al costo de lo vendido. En el mercado público mismo, hay un gran negocio particular y este es el que controlan los dueños de puntos que sirven de cobradores a quienes venden con moneda virtual a su clientela. Es decir, estos puntos, son más o menos lo mismo que las alcabalas. Entonces, hasta que demuestren lo contrario, hasta ahora lo único real y por eso bien lo explican, hasta “con sus propias palabras” y ejemplos sencillos, demostración que lo entienden y hasta quieren que uno lo entienda, es que al bolívar le quitarán seis ceros. De esa manera resuelven las dificultades que algunas empresas, empezando por las del Estado, tienen para realizar sus operaciones administrativas, mandan al exterior la idea misma que intentan sembrar en el venezolano como que “la vaina se compuso, pues lo que ayer me costó un millón, hoy, “milagroso manejo económico del monetarismo”, la pude comprar en un bolívar”. Y la gente en el exterior, al ver las cifras, imaginaría una moneda venezolana fuerte, como Yulimar Rojas y esos dos muchachos que ganaron medallas de plata en levantamiento de pesas y, a un dólar que, “apenas cuesta 4 ò 5 bolívares”. Ilusión que se desvanecerá al captar la realidad, que el salario minino quedaría en 7 bolívares o lo que es lo mismo menos de 2 dólares mensuales. Mientras en Haití ronda los 75 de la misma divisa norteamericana. *Las monedas de oro o las de plata, como la venezolana que perduró hasta finales del siglo 20, en sí mismas tenían valor. En veces, como el caso venezolano, llegaron a tenerlo por encima del valor nominal.

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