HOY QUIERO HABLARLES DE UNA HERMOSA PERRITA LLAMADA KOA. (Carmen Beatriz Pacheco)

KOA Hoy quiero hablarles de una hermosa perrita llamada Koa. Es una mestiza de rabo enrollado, orejas a medio doblar, hocico negro, pecho ancho con una mancha blanca en el centro. Tiene unas líneas negras sobre sus ojos que le dan una expresión de tristeza y cuando quiere algo no es fácil decirle que no porque abusa de su rostro humanizado. A penas tenía dos meses cuando llegó al hogar de una hermosa familia donde habita un gato. La atmósfera en ese hogar se llenó de alegría, como cuando arriba un niño a la familia. Las atenciones, los mimos, sobre todo los de la dueña de casa, se volcaron hacia esa diminuta criatura peluda. Por supuesto, Koa, así la llaman, con dos meses de vida era igual a un recién nacido, se despertaba cada hora y a veces hora y media en la noche para hacer sus necesidades. Su dueña no podía exigirle a ninguno de los integrantes de la familia que se levantaran para sacarla porque fue ella la que inventó tener un perro en casa. Fueron pasando los días y Koa crecía. Su dueña estaba empeñada en entrenarla.Comenzaría con las cosas más básicas:encontrar un lugar para que ella hiciera sus necesidades que no fuera dentro de la casa, lo otro era que atendiera la voz de mandato como siéntate, detente, ven. Luego surgió una idea en uno de los tantos paseos con Koa por la montaña, al ver su reacción, cuando un sonido tras de ella la detuvo en la subida del domingo, chiquita y todose plantó de una manera segura y comenzó a gruñir, mostrando sus colmillos de leche a la persona que venía trotando atrás. Eso indicaba que era protectora y capaz de encarar un peligro por lo que necesitarían, ambas, dueña y perra, un buen adiestramiento. Lo más curioso del caso es que la pequeña Koa aprendía rápidamente y era genial verla quedarse sentada ante su dueña mientras ésta le colocaba la comida en su plato. Los ojos se le iban hacia la comida pero ella permanecía quieta oyendo ese sonido, como cuando mandas a callar a alguien, “Sheeee” era una suave ráfagade viento que la paralizaba. De esa manera su dueña bloqueaba su acción y un “Sentada yla palabra No”se oía mientras la dueña se iba alejandosin dejar de mirarla y con un ligero click le daba permiso para entrarle a la comida. Era o un sonido o un movimiento de manosimperceptible, solo ellas lo conocen. Creo que, definitivamente, esos dos seres se han compenetradotanto,que no sé si es que Koa es muy inteligente o si su dueña tiene ese don mágico para manejar perros. Otra de las cosas que se tiene en el plan de entrenamiento es que aprenda a caminar al lado de la persona, sin adelantarse o retrasarse, aún le falta seguir el paso del que la conduce pero se mantiene bastante tiempocerca. Tomando en cuenta que su dueña es deportistas consideró un entrenamiento distinto al del perro casero. La dueña entendió que debía entrenarla en el asfalto y la montaña, así sería la acompañante perfecta en todas sus actividades deportivas, creo que están pensando hacerle un chaleco salvavidas para cuando la lleven a la playa. En otras palabras Koa será una “Perra Triatleta”. La estuvo llevando a zonas de altura nada despreciables y Koa respondió muy bien a la exigencia. Cada día se fortalece más y hoy,al caminarla,es ella la que le exige a su dueña para subir más rápido y más alto. Ha pasado el tiempo y ya Koa tiene cuatro meses. Hoy tuvo una prueba muyrecia, subió 1.566 mts sin correa, solo atendiendo las órdenes de la dueña. Siento que esta Koa es un alma vieja, de esos perros que alguna vez fueron, en otras vidas los que arrastraban trineos sobre la nieve porque genera una fuerza de tracción en las patas traseras tan fuertes que logra guiar a su dueña sin mucho esfuerzo. Quién lo diría, una mestiza con genes de alguna raza pura y fuerte o es su gran corazón que responde al amor de quienes la cuidan. La he visto saltar muy alto para su tamaño y edad. Le fabrican muñecos para su entrenamiento y esta ha aprendido a traerlos y llevarlos, algunas veces pasa de largo y no los quiere entregar pero son más los deja o pelea por él en el momento de la entrega, recordemos que es una cachorra y que el juego es lo primordial para ella. Cuando estaba pequeña esperaba sentada, sin que nadie le hubiese dicho o indicado que lo hiciera, allí fue que comenzó su entrenamiento, se dieron cuenta que había madera buena en ese pedacito de vida.Al principio la premiaban con zanahoria y salía rauda hacia el patio para devorar tan suculentarecompensa. De esa manera fue probando la remolacha, el cambur, la concha de la lechosa y a medida que crecíaiba descartando una que otra fruta, le encanta el mango y la patilla. En el lugar se cosechan fresas y parece que lo ácido no le gusta porque las lame pero le cuesta tragarlas, menos mal porque si no ya no hubiera fresas. Le elaboraron con tela un nudo algo grande, que lo usan para fortalecer el agarre. Antes agarraba con los dientes delanteros y era fácil quitárselos, ahora muerde y rápidamente hace otro movimiento de mandíbula y logra poner el muñeco entre sus caninos, es allí donde queda guindando por un tiempo, sin soltarlo. Les comenté al principio, que en el hogar donde adoptaron a Koa, ya existía un gato, para ser más exacta, un siamés. Este amigo ya tiene varios años con la familia y poco era lo que hacía. Se limitaba a comer, montarse en alguna ventana a manera de distracción y luego a dormir. Gato al fin, siempre buscaba la mano del amo para ser acariciado. Ese era toda su vida, ya estaba mayor en edad y gozaba de la tranquilidad del lugar. Llegó un momento en que comenzó a salirse de la casa en pos de una conquista que su olfato o instinto le advertían estaba cerca. Las peleas que agarraba con otros gatos eran fuertes y creo que casi siempre era el que perdía porque regresaba rasguñado, roto y bien golpeado. Todo eso hizo que llegaran a la conclusión, triste conclusión, que debían castrarlo para que estuviera tranquilo, saben de lo que les hablo. Y así fue, el siamés se tornó taciturno y más tranquilo de lo normal, solo se le oía maullar si necesitaba agua y caricias. Engordó y creció más de la cuenta. Dormía todo el día hasta que llegó Koa. Una vez leí algo sobre tener siempre un Tiburón en la vida, ahora entenderán el significado de lo que les digo. Este consejo es tanto para humanos como para animales. Imagínense a una cachorra, lo que más le gusta es jugary consiguió en el gato su juguete preferido, de inmediato comenzó a carrerearlo. El gato por sus habilidades trepadoras lograba escaparse del asedio de la perrita, subiéndose a los muebles o mesasllegandoa ganar algo de distancia y así respirar más tranquilo pero ahora Koa creció y ya se sube, cual gato, sobre el filo del respaldo de los muebles, le falta poco para brincar sobre la mesa porque “Quién con lobos anda aprende aullar”. Pienso que el gato estaba cansado de tanto correr y comenzó a enfrentársele muy sabiamente, porque los gatos son sabios, vienen de vivir milenios de años y han lidiado con todo tipo vida que haya poblado la tierra y entendió que con algunas cachetadas en el hocico lo alejaba por un rato. Sólo que a Koa, esto, le comenzó a parecer un juego muy atractivo fue como un reto para ellay continuó persiguiéndolo. Les dije que los gatos son sabios e inteligentes, el siamés, luego de tanto defenderse, lo pensó mejor y se unió a la perra y ahora dan carreras por entre las piernas de todos, se suben al filo de los muebles hasta que el gato se cansa y busca algo más alto para descansar. Me sonrío cuando los veo porque pienso, el gato ya no crecerá más pero esta perrita, con la enseñanza del siamés estoy segura que aprenderá a trepar hasta árboles. No se me ha olvidado lo del Tiburón y aquí les va. En un lugar muy remoto, barcos pesqueros llevaban su carga preciosa a los restaurantes más famosos. La isla se destacaba por tener los mejores Chef especialistas en servir platos exquisitos a base de pescadodesde hacía mucho tiempo, hasta que un día los clientes de los restaurantes comenzaron a quejarse por encontrar insípidos y sin gracia los platos que tenían pescado. Los dueños de los restaurantes recurrieronal capitán del barco exigiéndole les trajeran pescados frescos. El Capitán pasó la noche pensando cómo solucionar el problema del pescado y le llegó una idea que puso en práctica en el siguiente viaje. Montaron sobre el barco una enorme piscina donde trasladarían a los peces vivos de manera que llegaran frescos ylistos para cocinar a los restaurantes pero esto tampoco resultó y amenazaron con cambiar de barco pesquero si no remediaban la situación. Entre los marineros estaba un hombre viejo que seguía en el barco porque esa había sido su vida y lo tenían como el filósofo o sabio del barco. Se acercó al capitán y le sugirió que a la piscina le metiera un tiburón pequeño. Lo tildaron de loco unos y otros reían a carcajadas delante de él. El Capitán no entendía la razón del tiburón y le dijo que le explicara. Es fácil – dijo el anciano – si colocas en la piscina el tiburón, los pecesgenerarán, además de la adrenalina que es la que hace que se muevan más rápido por la latente amenaza a la que están sujetos, la endorfina y la serotonina que es la que manda mensajes al sistema nervioso del cerebro, a esta hormona se le llama “La hormona de la felicidad” de esa manera se mantendránmás vivos y más frescosa la hora de hacer la entrega porque tendrían que estar nadando constantementepara evitar ser devorados por el tiburón. El Capitán decidió probar, no tenían nada que perder y al llegar a la isla entregaron la carga y esperaron. Al día siguiente los dueños de los restaurantes los felicitaron y les pidieron que siguieran trayendo ese tipo de pescado tan sabroso. Es otra cosa, decían los de los restaurantes, su color y su sabor gusta a los clientes es una obra de arte cuando están en el plato. Hoy, el siamés está más vivo que antes y se mantiene en forma, Koa llegó para ser su “Tiburón” Moraleja: Todos necesitamos un Tiburón que nos haga dar el todo por el todo en aquellos momentos que flaquean nuestras ganas. Así transcurre la vida de Koa entre los humanos y su amigo el siamés. Ya les contaré más, según ella vaya creciendo. Ahora es que vienen cosas nuevas de “Koa” Carmen Pacheco 3 de abril de 2022