EL TUNEL DE LA QUINTA AVENIDA (Ciro Bianchi Ross)

APUNTES DEL CARTULARIO Ciro Bianchi Ross El túnel de Quinta Avenida No fue hasta febrero de 1921 que se inauguró el puente de Pote, que enlazó la calle Calzada, en El Vedado, con la Quinta Avenida de Miramar. Un puente de acero, de luz central basculante por mitades y de solo dos sendas, una en cada dirección. José López Rodríguez, millonario gallego avecindado en La Habana donde hizo célebre el sobrenombre de Pote, al construirlo, pensó en cobrar el peaje, pero el gobierno le confiscó el puente, aunque poco lo hubiera disfrutado, ya que se suicidó un mes después de su apertura. Aunque en su momento resultó perfecto para el tránsito vehicular, con el tiempo se hizo inoperante. El desarrollo urbanístico del oeste, la ampliación del Malecón hasta la desembocadura del Almendares y lo que debían esperar los vehículos cada vez que el puente se abría para dejar pasar una embarcación por el río, aconsejaron la modificación de esa vía o la construcción de un túnel. No se pierda de vista que si en 1916, esto es, cinco años antes de la construcción del puente de Pote, rodaban por La Habana mil trescientos automóviles particulares y mil novecientos autos de alquiler, en 1958 la Isla era el sexto país del mundo en número de automóviles por habitante, superada solo por Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Venezuela y Alemania Occidental, en ese orden. Dos posibilidades quedaron abiertas para el túnel: podía enlazar el final del Malecón con las calles Primera y Tercera, en La Puntilla, o construirse en el mismo sitio del puente, uniendo la prolongación del Malecón a la calle Calzada y ambas a la Quinta Avenida. De aceptarse la primera variante, el túnel sería más largo y costoso, por eso se tomó la determinación de demoler el puente de Pote y construir el túnel en su lugar. Ya para entonces, a unos doscientos metros agua arriba, el túnel de la calle Línea había sustituido el viejo puente de los tranvías, que se trasladó a la altura de la calle 11. En vísperas de la construcción del de Calzada, el puente de los tranvías se reparó y amplió para permitir la circulación de vehículos en ambas direcciones y crear un paso peatonal. CON MAR TRANQUILA No tiene a mano este periodista referencias de cómo se construyó el puente de Pote. Demolerlo fue una obra de envergadura, pues si retirar su estructura y los contrapesos de cincuenta toneladas no demoró más de veinticinco días, extraer los pilotes de hormigón de hasta dieciocho metros en que se asentaba tardó seis meses. Lo que siguió ya lo supondrá el lector. Se impuso abrir una zanja en el fondo del río para que descansaran los dos cajones del túnel y se dragó desde ese sitio hasta la desembocadura para permitir el paso de las grúas flotantes, los remolcadores y los cajones. Porque los cajones de cien metros de largo, veinte de ancho y seis de alto, que se construyeron en la bahía de La Habana, se llevaron hacia su destino por flotación y arrastrados por siete remolcadores. Cada uno de ellos era un “barco” de once mil toneladas de peso; sus extremos fueron cerrados con tabiques de hormigón armado y se les dotó, dicen los reportes de prensa, de torres de mando y control, defensas de madera para evitar posibles daños, teléfonos internos y radio para la comunicación con tierra. Tenían en el techo una abertura de cuarenta centímetros, y ese era el punto débil del traslado pues por tales orificios podía entrar el agua en caso de oleaje, por eso el movimiento solo podía ejecutarse con mar tranquila. Llevar hasta allí el primer cajón tardó cinco horas; el segundo demoró diez, debido al tiempo que hubo que esperar, ya frente al río, por el cambio de marea. La colocación y el asiento de los cajones fue un éxito total. Una vez que se retiraron los tabiques se pudo comprobar que era exacta la coincidencia de los dos tabiques entre sí y con los embudos. Cada embudo o entrada tiene setenta y un metros de largo y un piso de hormigón de tres metros de ancho que contrarresta la presión del río. Se procedió entonces a la impermeabilización, y posteriormente se recubrieron las paredes con lozas de un azul que recorre una gama del oscuro al claro en los embudos, y blanco crema mate en los cajones, a fin de compensar la disminución de la luz solar a medida que un vehículo se adentra en el túnel y hacer lo más suave posible la transición entre la luz fuerte del día y el alumbrado interior. Dispone en túnel de dos sendas en ambos sentidos y una acera para peatones. La empresa francesa Grands Travaux de Marsella, la misma que acometió el proyecto y ejecución del túnel de la bahía, tuvo a su cargo la demolición del puente de Pote y la construcción de este. Todo demoró dieciséis meses en total para quedar concluido en 1959. Nunca fue inaugurado. -- Ciro Bianchi Ross cbianchi@enet.cu http://wwwcirobianchi.blogia.com/ http://cbianchiross.blogia.com/ Reply Reply All Forward

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