UNA SEGUNDA REFLEXION DE HOSPITAL

Atención Frank 186.- Una segunda Reflexión de Hospital. Todos deben ejercer el buen trato; es lo esencial… unnamed.jpg la ciencia okoko MI COMENTARIO DEL DÍA. Félix Sautié Mederos Les confieso que fue un torrente de pensamientos reflexivos los que coparon mi mente, e incluso mi conciencia en los momentos vividos en el Hospital. Estuve física y espiritual inmerso, en un ámbito que ahora cuando ya estoy fuera del Hospital Fajardo de La Habana, se me asemeja en mis recuerdos como si me hubiera encontrado en una especie de terminal aérea de tránsito internacional, a la que acudimos cuando vamos a viajar al exterior del país. Pero que, además, en este caso específico, me pareció que era una terminal del tránsito definitivo en donde los presentes éramos procesados tanto los que partirían de inmediato hacia el más allá esperado y temido, como los que todavía podían quedarse por más tiempo por aquí. Así, es que hoy recuerdo a mi estancia en el Hospital e incluso sueño con ella. Fueron momentos dramáticos, de tensión permanente, porque me sentía muy mal; la tos y las flemas apenas me dejaban dormir, muchas veces dormí en el sillón porque en la cama me resultaba muy difícil. Estas bronco neumonías cuando son intensas como la mía, resultan muy complicadas para los viejos y yo ya tengo 82 años con una diabetes galopante y una poli neuropatía que apenas me permite caminar. Estuve en realidad en los límites de la vida y de la muerte, la vi muy cercana como nunca antes. La muerte de la que tanto se habla en la Teología que profeso y sobre la que he escrito mucho, en aquellos momentos estaba todo el tiempo, frente a mí y también supe de los que se iba llevando con ella. Mi casa en mi Rincón de Centro Habana en la que de nuevo me encuentro presente; y en donde paso los años de vida que aún tengo por delante, para nada se parece a aquellos límites tan drásticos que se viven en un Hospital donde transcurrían mis pensamientos reflexivos. Los que también, en estos días, me han asaltado en mi casa, aunque en el Hospital lo hacán en vivo y en directo con una impronta escatológica inminente. Son momentos en los que el aprecio, la comprensión e incluso la receptividad de lo que planteamos desde nuestra enfermedad, juegan un papel muy importante en mi criterio en la curación de los males que padecemos. Los protocolos establecidos son fundamentales, pero pienso que el trato afectuoso y receptivo al paciente con que se aplican son esencialmente determinantes. Les confieso pues, que la cercanía de la muerte que les relato hizo más libres mis criterios y opiniones de todo compromiso conceptual, así como más descarnados mis pensamientos reflexivos y análisis de lo vivido en cada momento de hospitalización. Muchas veces estuve influido determinantemente por causa de mi respuesta a incidencias que se me iban presentando; y por la falta de uniformidad en la aplicación en los tratamientos por parte de unos y de otros de los que me estaban atendiendo. Los más, verdaderamente afectuosos y heroicos en su actividad, pero otros rutinarios y deficientes. Esa es mi realidad; y lo importante, en mi opinión, es identificarla porque todo en la vida requiere superación y rectificación constante. La uniformidad positiva, en el ejercicio curativo que todos deben hacer es determinante; y requiere de un chequeo y una exigencia, que cuando se hace rutinaria o presenta deficiencias pierde su máxima efectividad. Entonces esa falta de chequeo y control específico se generaliza en otros aspectos importantes que tienen que ver con las condiciones materiales de vida del lugar específico, Y eso lo pude ver y vivir, y mi conciencia me exige testimoniarlo Bueno, en verdad, esa comparación con la terminal de viajes, es surrealista en mis pensamientos del momento en que me encuentro, pero mis recuerdos esenciales son afirmativos en mi criterio de aquel concepto que plantea que las condiciones materiales de vida determinan en última instancia en la superestructura social cultural y espiritual de la sociedad en su conjunto; y específicamente en la conciencia social. En el hospital las condiciones materiales de vida son muy determinantes, y confieso que mi conciencia y mis pensamientos lógicamente estaban muy afectados por las circunstancias materiales hospitalarias; y eso es lo que trato de plantear. En definitiva, vuelvo a testimoniar con agradecimiento profundo, que me salvaron y me curaron; y por eso mismo considero que la crítica objetiva y constructiva, es esencial para el perfeccionamiento siempre necesario. Lo más probable es que en otro país me hubiera muerto porque no soy rico ni mucho menos. Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar, con el ánimo de la máxima superación, así como mis respetos para el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular. http://felixsautie.com/articulos.php?186-una-segunda-reflexion-de-hospital-todos-deben-ejercer-el-buen-trato-es-lo-esencial Reply Reply All Forward

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