LA INTENCIONALIDAD Y SU IMPORTANCIA (Felix Sautie Mederos)
LA INTENCIONALIDAD Y SU IMPORTANCIA
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MI COMENTARIO DEL DÍA. Félix Sautié Mederos
Los debates conceptuales que se realizan en la actualidad, sobre los derechos a manifestarse y lo que plantea al respecto la actual Constitución de Cuba; en mi opinión muy personal, requieren de un análisis integral de la situación que vivimos en la actualidad, así como del diferendo histórico con el vecino del Norte que se manifiesta desde los albores de nuestra nacionalidad a la fecha, junto con la vigencia de la afectación que nos produce el Bloqueo de los Estados Unidos y su actual recrudecimiento encaminado por medio del hambre y la desesperación, a provocar un cambio violento del proceso revolucionario cubano.
Sé, que para algunos que se consideran “muy adelantados” y conceptualmente quizás los “verdaderamente capacitados”, plantear como básicas las afectaciones que nos produce el Bloqueo y la Guerra de cuarta generación a que estamos sometidos, consideran que nuestras opiniones sobre el particular están atrasadas y fuera del contexto intelectual en que ellos se desenvuelven. Como consecuencia de sus conceptos, ridiculizan nuestros criterios en defensa de la Revolución con epítetos insultantes y consideraciones irrespetuosas sobre la capacidad conceptual de quienes opinamos distinto a sus consideraciones específicas. Es un criterio suyo muy característico de la libertad de expresión. Libertad para lo que ellos plantean y anatemas para los que defendemos el proceso revolucionario en medio de una Plaza Sitiada que ellos no ven como tal.
En las contingencias de los ataques que estamos recibiendo en la actualidad, evidentemente encaminados a promover lo que conocemos como una Revolución de Colores que en otras latitudes le ha dado resultados concretos al Imperio para lograr la desestabilización y el derrumbe de la soberanía nacional de las naciones que se proponen castigar y sojuzgar, considero que se impone el análisis integral de las estrategias que se nos están aplicando al respecto en la Guerra de Cuarta Generación con que nos atacan. Para algunos, el Bloqueo es una invención nuestra y una justificación en todo momento; y, según sus conceptos no tiene nada que ver, con nuestras limitaciones y problemas que según ellos son consecuencia solo de nuestros propios errores. En este sentido, consideran que todo lo que afecta al pueblo es provocado por la Revolución de los humildes y para los humildes que ellos específicamente no pueden soportar. Revolución que evidentemente ha tenido y tiene errores que nos corresponde a nosotros resolver, sin la tutela de ningún otro país que pretenda inmiscuirse en los asuntos internos de Cuba.
En las estrategias de contingencias y guerras, por lo general se plantean algunos motivos especialmente inventados y/o creados; la Historia está cargada de estas falsas motivaciones como lo sucedido en Cuba por la voladura del acorazado El Maine, en épocas de la colonia española. Además, según los conceptos clásicos de estos enfrentamientos violentos y de la guerra en específico, por lo general las estrategias con que se desenvuelven tienen una especial complejidad por cuanto presentan en muchas ocasiones una intencionalidad oculta y verdadera, encubierta por un manto de propósitos que pueden considerarse como inofensivos y/o de otra índole de sus verdaderos objetivos propuestos.
En mi criterio personal, si se estudia en detalles la repuesta pública que Cuba les ha dado a los que han pedido autorización para manifestarse en noviembre de este año que apoyo plenamente, se descaracterizan los objetivos públicos propuestos con la intencionalidad que tiene y orienta el imperio de destrucción de la Revolución cubana.
En este orden de pensamiento, no se debería olvidar que hay un principio básico de los servicios especiales, de que sus mejores y más efectivos agentes, son los que no saben que lo son. Los que tengan oídos para oír oigan; y ojos para ver, vean.
Así lo pienso y así lo expreso en mi derecho a opinar con mis respetos por el pensamiento diferente y sin querer ofender a nadie en particular.
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