EL ESCONDITE DE HERNANDO(Ciro Bianchi Ross)

Todos estos sitios eran frecuenados casi exclusivamente por cubanos. Los turistas iban a los night clubs de los hoteles de lujo, al Tropicana, Montmartre y Sans Souci. Los cuales eran también frecuentados por cubanos de un mayor poder acquisitivo. On Monday, May 31, 2021, 10:33:21 PM EDT, Ciro Bianchi Ross wrote: APUNTES DEL CARTULARIO Ciro Bianchi Ross El escondite de Hernando Son incontables los night club que surgieron en El Vedado en los años 50 del pasado siglo. La mayoría hace años que no existe y no es raro que aun buscándolos no podamos identificar ya el sitio donde estuvieron. Algunos nombres llegan del pasado: El Escondite de Hernando, Le Mans, Rocco, Yobana… En esa misma época otros centros nocturnos abrían sus puertas en Miramar. Los había también en Luyanó, como los cabarets Sierra y Alloy, en Lawton ---Ali Bar--- en Ayestarán, en la carretera de Rancho Boyeros, en la de Arroyo Arenas, en la Playa de Marianao. Funcionaban asimismo cabarets como Tropicana, Sans Soucí y los salones de grandes hoteles como Nacional, Riviera y Capri. El cabaret Montmartre cerró sus puertas momentáneamente en octubre de 1956 tras la muerte del teniente coronel Antonio Blanco Rico, jefe el Servicio de Inteligencia Militar (SIM) ultimado a balazos en ese establecimiento por .un comando revolucionario. La intensidad de la noche habanera y la calidad de sus shows consiguieron ubicar a la ciudad entre las más importantes del mundo si de diversiones de todo tipo y vida mundana se trataba. Los cabarets de primera línea centraban su programa en grandes producciones al estilo de Rodney, el mítico coreógrafo de Tropicana, que fueron símbolo de una época y marcaron una manera de concebir y hacer el espectáculo que llega hasta hoy. Los cabarets de segunda, que no podían imitar esos shows espectaculares, ---no contaban con casinos que los costearan, aunque sí con máquinas traganíqueles, las llamadas ladronas de un solo brazo--- proponían un programa variado y en cuyo elenco sobresalían por lo menos una o dos figuras de amplio arraigo. Un artista de la talla de Benny Moré era habitual en el Ali Bar, donde en mayo de 1959 debutaban Blanca Rosa Gil, que llegó a alternar en ese escenario con pesos pesados de la cancionística como René Cabel, Ñico Membiela, Fernando Álvarez y el propio Benny, mientras Merceditas Valdés cosechaba aplausos en el Sierra, Elena Burke y Meme Solis en el Club 21, Orlando Vallejo, Ramón Veloz y Celeste Mendoza en el Alloy, y Frank Domínguez en La Gruta. Pacho Alonso en el Scheherazada, y Juana Bacallao en el Intermezzo. Otros establecimientos nocturnos, con fama de marginales, algunos de ellos, como los de la Quinta Avenida de la Playa de Marianao, contaban con una nutrida clientela y eran, como se ha dicho, una de las zonas más auténticamente turísticas de La Habana. Justo a fines de la década del 50 comienzan a surgir, sin embargo, en las proximidades de La Rampa habanera, pequeños locales que rompen un poco con una noche que va haciéndose convencional. Sin demasiado lujo o sin ninguno, y sin acudir a producciones o revistas musicales de ningún tipo, el ambiente bohemio, intimo y desenfadado propio de esos lugares permitía disfrutar de la descarga espontánea de un pequeño grupo musical o escuchar a Elena Burke con Meme Solis al piano. No se piense que el surgimiento de centros como esos se detuvo con el triunfo de la Revolución. Al contrario. Al igual que los pequeños sellos disqueros, siguieron proliferando después de 1959. De ellos, quizás el más emblemático sea El Gato Tuerto, creado por Nicolás Guillén y ese animal de la noche habanera que fue Felito Allón, en agosto de 1960. En diciembre de propio año, en 17 y O, abría el club Rocco, y en diciembre, Le Mans, en 15 y B, en El Vedado. La vida artística, la intensidad de la noche no se interrumpe en una Habana sacudida por esa transformación social enorme que es la Revolución. Tropicana mantiene todos los días dos producciones de Rodney con Bertha Dupuy, una mulata bellísima que se impuso de la noche a la mañana y fue la cancionera más destacada de 1958. En mexicano Pedro Vargas consigue llenos completos en el Capri. La D Aida están en el Comodoro y Gina León, en el Club 66. Frank Emilio se consolida en el Maxim´s. En Las Vegas, de la calle Infanta, se presentan Los Tropicubans. Con ellos esa Lupe Yoli, que no demorara en ser expulsada de trío para convertirse a la vuelta de pocos meses, en abril de 1960, en La Red en la figura mas controvertida de la farándula habanera de todos los tiempos. Por entonces andaba también por ahí Freddy, una ex empleada doméstica de 300 libras de peso ---la anti vedette por excelencia, que arrancaba aplausos delirantes en cada una de sus presentaciones en el Capri. -- Ciro Bianchi Ross cbianchi@enet.cu http://wwwcirobianchi.blogia.com/ http://cbianchiross.blogia.com/ Reply Reply All Forward

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