LA HABANA RECORDADA(Ciro Bianchi Ross)

Facebook Twitter Email 0 COMENTARIOS La Habana recordada CBIANCHIROSS - 18 DE MAYO DE 2012 - 22:18 - COMENTARIOS La Habana recordada Susadny González Rodríguez El periodista Ciro Bianchi y el dibujante Evelio Toledo nos regalan, en su libro Viendo La Habana pasar (Ediciones Boloña), una Habana mezclada, que desafía al tiempo con sus luces, y sus sombras. Esa otra urbe de a pie que recorre, descubre a diario, y esboza el artista “con mirada casi fotográfica”... Como diría el historiador Eusebio Leal, durante la presentación del volumen, en Viendo La Habana pasar hay dos obras que se compatibilizan: la del periodista Ciro Bianchi y el dibujante Evelio Toledo. No le falta razón al escritor Leonardo Padura cuando dice que La Habana, como pocas ciudades del mundo, suele ser vista por sus prejuiciados tópicos de antemano establecidos. A riesgo incluso de ignorar lo esencial de ella. Sin pretenderlo, ¿o proponiéndoselo acaso? el periodista Ciro Bianchi y el dibujante Evelio Toledo trascienden esa mirada preconcebida, retórica y excluyente del drama cotidiano que se lleva el foráneo tras su ejercicio turístico de “conocerla”; y nos regalan, en su libro Viendo La Habana pasar (Ediciones Boloña), una Habana mezclada, que desafía al tiempo con sus luces, y sus sombras. Esa otra urbe de a pie que recorre, descubre a diario, y esboza el artista “con mirada casi fotográfica”. La Catedral, el conjunto más armonioso de la ciudad colonial; el edificio de la Lonja del Comercio, considerado nuestro primer rascacielos; el palacio del Segundo Cabo, otra de las grandes expresiones del barroco cubano, por solo mencionar algunos, se funden con la llamada esquina del pecado (intersección de Galiano y San Rafael), la Reina de las calles, el puente Almendares, y así hasta completar cien dibujos. Toledo retoma la tradición, postergada en nuestra prensa, del grabado. A pluma alzada y en trazos elementales, proyecta la elegancia e historia, captada en sus andanzas, de la esquina más olvidada o el paraje más recóndito de una Habana decadente y resucitada. Pero, como diría el historiador Eusebio Leal, hay aquí dos obras que se compatibilizan. La del ilustrador, y la que nos propone ese proverbial cubano que es Ciro Bianchi, escrita con sentido campechano que indica bonhomía, cercanía, cordialidad. Qué envidia (sana) produce el enfrentarse a tan poderosa, magistral capacidad de síntesis, la misma que contrasta con el retrato al estilo de la exquisita crónica social de antaño. Qué sensación apoteósica del recreo y el conocimiento unido invaden ante ¡5 líneas! (a modo de pie de foto) que te trasladan hasta el sitio descrito con adjetivo puntual. Mientras te sorprendes del dato aprendido. Viendo La Habana pasar es el “sentimiento ilustrado” de un artista, el testimonio a palabra viva del cronista, todo nacido del instinto y condición de sentirse habaneros. Palpita La Habana en estas páginas, cual postal en su honor para que el tiempo y la desidia moral de quienes la habitan no se traguen su historia. Fecha de publicación 20/02/2012 Facebook Twitter Email 0 COMENTARIOS Ciro Bianchi y el periodismo coloquial CBIANCHIROSS - 18 DE MAYO DE 2012 - 22:10 - COMENTARIOS Ciro Bianchi y el periodismo coloquial Leonardo Depestre Catony Quizá el especialista objete el título de este comentario. ¿Periodismo coloquial? Pero como tal denominaría el periodismo que Ciro Bianchi ejerce en la prensa impresa. También pudiera de él decirse que es uno de los periodistas más populares del país, uno de los más leídos, amenos y mejor documentados. Todo lo cual reafirma su condición de maestro del periodismo cubano de divulgación cultural. El manejo de la información, su dosificación, el uso del lenguaje, el sentido del humor y el estilo conversacional —se le lee como si se le escuchara— convierten la prosa de Don Ciro en una lectura tonificante, que se agradece y enriquece el acervo cultural del lector, en especial cuando se refiere a asuntos en que se entretejen historia y leyenda, aquellos en que la duda aparece y la diversidad de los datos y las fuentes requieren del comentario esclarecedor. Sin embargo, ¿qué suele haber detrás de quien así escribe? Pues cultura, investigación minuciosa, honestidad, buen tino y concepto del periodismo como servicio a la memoria de los pueblos. Quien escribe y es leído con interés tiene sobre sí el peso de una enorme de responsabilidad, que Ciro Bianchi asume con criterio abierto a la polémica y el intercambio, de lo cual doy fe. Resultado de investigaciones y experiencias personales son varios de sus libros, porque el primero de ellos data de 1983 y se titula Las palabras de otro. Desde entonces, su producción ha dado a la luz alrededor de 15 volúmenes, entre los que cito Un hombre en la noticia (1990), Tras los pasos de Hemingway (1993), Oficio de intruso (1999), Memoria oculta de La Habana (2005), Asedio a Lezama Lima y otras entrevistas (2009), Así hablaba Lezama Lima (2011)… En torno a la personalidad del autor de Paradiso tiene Bianchi otros textos, compilados por él, de los que suelen perseguir los lectores: Como las cartas no llegan, de José Lezama Lima, Lezama disperso y Diarios, publicados en ocasión del centenario de este. Pero más allá de periodista y de escritor, Bianchi es un promotor cultural que disfruta la comunicación a través de la palabra: desarrolla así un proyecto del cual no se habla lo suficiente y lleva un nombre significativo: La Guayabera, en la ciudad de Sancti Spíritus, pues Ciro es de quienes asumen la guayabera como prenda nacional y con ella como pretexto emprende un programa de reanimación cultural a nivel comunitario, con todo cuanto lleva implícito: el rescate de tradiciones locales, el trabajo con niños y jóvenes, la consejería sobre asuntos sociales. La radio, la televisión y la prensa plana recogen asiduamente el quehacer de Ciro Bianchi, quien se inició en estos empeños a la edad de 17 años, en el diario El Mundo y de entonces acá no se ha detenido nunca a calcular los miles de artículos, entrevistas, crónicas y demás que debe de haber publicado. Reportero de la agencia Prensa Latina desde 1972 y columnista del periódico Juventud Rebelde desde hace algo más de una década, tampoco le fue ajena la docencia, pues entre 1988 y 1993 se desempeñó como Profesor Adjunto de la Universidad de La Habana en la asignatura Géneros periodísticos, y aunque quien escribe no fue su alumno es fácil imaginar cuán grata debe de ser la huella dejada en quienes sí lo fueron. Conversador ilustrado y sencillo, periodista y escritor, gentilhombre de la cultura, galardonado con el Premio Latinoamericano de Periodismo José Martí en 1992, y con el Premio Nacional de Periodismo Cultural José Antonio Fernández de Castro por la obra de su vida en 1999, entre otras distinciones, a Ciro Bianchi, habanero y cubano nacido el 31 de octubre de 1948, se le saluda en su cumpleaños desde este esp

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