RECADO DE CALLE G (Ciro Bianchi Ross)

Ciro Bianchi Ross Recado de calle G Lo que hoy es El Vedado surgió a partir de 1859 cuando el propietario de la finca El Carmelo urbanizó su propiedad. Al año siguiente, el Conde de Pozos Dulces hizo lo mismo con la suya. El primero de esos predios se extendía desde la actual calle Paseo hasta el rio Almendares, mientras que la posesión del Conde se enmarcaba desde el espacio que ocupa el hospital América Arias, la llamada Maternidad de Línea y hasta la calle 21 y entre las de G y Paseo. El propietario de El Carmelo dio número a las calles en su área, de menor a mayor desde Paseo hasta el río y dotó de números impares a las paralelas al mar. Lo que obligó a Pozos Dulces a dar nombres de letras sus vías, mientras que aprovechaba la numeración impar para las vías que las cortaban. En 1859 Luis Iboleón, urbanista de ambos repartos, nombró Paseo a la avenida que conocemos hoy como tal. Pero en planos correspondientes a 1880, G pasa a llamarse Calle del Paseo y Paseo se convierte en la Avenida del Prado. Denominaciones que se mantienen en el plano de 1899, confeccionado por el gobierno interventor norteamericano. En 1929, sin embargo, Paseo recupera su nombre original y G es ya G o Avenida de los Presidentes, aunque ningún vedadense que se respete la llama de esa manera. En el aludido mapa de 1880 aparecen ya reflejadas dos edificaciones en G entre 23 y 25, que debieron ser las primeras de toda esa importante vía, y que no aparecen consignadas en el mapa de 1899. En los años iniciales de El Vedado, aún en tiempos de la Colonia, la avenida 23 se llamó Paseo de Medina, propietario o urbanista de otro de los repartos que conformaron la barriada. Medina, por una contrata de la administración española en Cuba, era el hombre que aportaba las piedras necesarias para las construcciones del gobierno. Donde quiera Medina sacaba piedras y él es el causante de las oquedades existentes en la calle F entre 19 y 21 y en 21 esquina a G. Medina tenía su casa frente a lo que es el cine Riviera. Hasta los años 20 del siglo pasado la calle G se interrumpía en 25 donde ya se había edificado el hotel Palace y el edificio Chibás. G no llegaba a Calos III porque lo impedía la loma de Aróstegui. Fue Carlos Miguel de Céspedes, el dinámico ministro de Obras Públicas del gobierno de Machado, quien dispuso que se cortara la elevación para extender la avenida, Fue asimismo Carlos Miguel quien inició la construcción del monumento al mayor general José Miguel Gómez, segundo Presidente de la nación, obra que paralizó la crisis de 1929 y culminó en 1936, gracias a una colecta del pueblo habanero. Ya para entonces se había erigido en G y Quinta el monumento a Tomás Estrada Palma, primer Presidente de la República de Cuba. Y Carlos Miguel era partidario de erigir un monumento al dictador Gerardo Machado en la intercepción de G y Malecón, obra que, por fortuna, no llegó a iniciarse. Muy cerca de allí, a la altura de la calle Tercera, se alza el extraño edificio que ocupa, desde su fundación, en 1959, la Casa de las Américas. Se construyó en los años 40 y hasta el triunfo de la Revolución dio cabida a la Sociedad Panamericana de Escritores y a la Casa Continental de la Cultura. Fue en sus salones donde tuvo lugar, en 1956, el llamado Diálogo Cívico entre una representación de la oposición y comisionados de la dictadura batistiana. Diálogo que presidió don Cosme de la Torriente en su carácter de timonel de la Sociedad de Amigos de la República (SAR). “Simpático caserío” llama a El Vedado el poeta Julián del Casal en una de sus crónicas. Atraía por sus playas. Fue entonces que se edificaron pequeñas viviendas para los temporadistas y abrió sus puertas el hotel Trotcha. Una de las viviendas más antiguas, que se conserva, aunque muy maltratada, es de Línea y B. Es a partir de la segunda intervención militar norteamericana (1906-1909) y en el gobierno de José Miguel (1909-1913) cundo en verdad empieza a fabricarse en El Vedado. Los miembros del Ejército Libertador, licenciados, cobran sus emolumentos y los generales reciben compensaciones muy altas. Es entonces que políticos y altos oficiales se hacen construir sus residencias en Lìnea, y también en 13 y en 17 y en la calle G. -- Ciro Bianchi Ross cbianchi@enet.cu http://wwwcirobianchi.blogia.com/ http://cbianchiross.blogia.com/ Reply Reply All Forward

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