CON QUIEN ANDAN LOS MONETGARISTAS( Eligio Damas )

En Nueva Zelanda se salieron de la iglesia. Quizás por lo santo de la semana, el dólar y precios llegan al cielo. Eligio Damas Los “monetaristas” y con estos Jesús Farías, han venido sosteniendo, lo que no es pecaminoso ni censurable, lo malo es que esa fea cosa se la metieron al presidente entre ceja y ceja, que la causa de la inflación, los altos precios de las cosas más elementales, porque sólo de ellas vivimos y podemos desear y, hasta del dólar, es la alta circulación monetaria. Es decir, según ellos, nosotros tenemos real “pa` tirà pa` arriba”. Tenemos “pa` comprà hasta las mañas”. Pudiera ser entonces que, el banco me esconde los reales, para que no los malgaste. Y entonces, la solución, es mantener los salarios caídos y atrapados, para que la gente no consuma mucho, pues según ellos, en eso andamos todos nosotros, desbordados en el comer, beber, vestir y fiestear, porque en medicinas no gastamos ya que gozamos de una excelente salud a prueba hasta de Covid. Hoy en la mañana, en el Banco de Venezuela, siempre más discreto, atendiendo “órdenes” del BCV, y este guiado por las operaciones de cambio oficiales, el dólar tiene un precio cercano a los 2 millones de bolívares, referencia que es mucho mayor según otros marcadores. Es decir, por encima del salario mínimo mensual. Por supuesto, como todos sabemos, pues para esto no es necesario ir a universidad alguna, sino entrar al primer abasto que a uno se le atraviese en el camino, tanto del dólar, como los precios de las demás mercancías, han subido exageradamente, pese los salarios se han mantenido tranquilitos para no molestar y menos provocar la ira de nadie y menos estampida alguna. Entonces, en la semana santa, la cuarentena radical de 14 días, se ha intensificado para los salarios, los cuales tienen en la frente un “tate quieto”, mientras dólar y mercancías andan desbocados y hasta sin mascarilla puesta, como si aquella medida preventiva nada tuviera que ver con ellos. Dólar y precios suben hasta sin escalera, ni grande ni chiquita, buscando el cielo, allá donde están los santos y los premiados por Dios, mientras los asalariados se hunden en el infierno a donde por arrume, les conduce Caronte, para más vainas, vigilados de cerca por Cancerbero, quien a quien se resbale, por lo menos, le arranca una nalga por agalludo, avaro y por ende pecaminoso. Yo no sé nada de economía, salvo lo de aquellos manuales que leímos en las escuelas de Derecho y Sociología, las que dejamos porque descubrí que mi hermano mayor, en buena medida, para lo que a mi concierne, tuvo razón cuando, irónicamente, al saber que estudiaba esas dos carreras al mismo tiempo, me preguntó ¿y para qué sirve esa vaina? Nuestro padre fue abogado y nunca aprendió cómo hacer dinero con ese título y su enorme talento y cultura que se demuestran, sólo con saber que todos sus hijos, menos yo, llevan nombres de personajes sacados de la literatura épica. Conmigo, su último hijo, mi padre, quizás más sabio, actuó de otra manera, más humana y me puso los nombres de mis dos abuelos, que como se suele decir, son “simples y silvestres”. Lo poco que sé de teoría económica, que me ayudó en mis estudios de historia, se lo debo en buena medida al Padre Juan Bautista Pernaut, de quien recibí abundantes enseñanzas, pese las discrepancias que, entre él y nosotros, sus alumnos, solíamos encontrar. Pero para nada de esto que hablamos hace falta haber estudiado economía, como que mi hermano hubiese acertado cuando pregunto ¿para qué sirve eso? para percatarse que los monetaristas, con Farías al frente, ninguna razón tienen, cuando acusan a aumentos salariales, que ni siquiera los hay, de causantes de la subida del precio en bolívares del dólar y demás mercancías. Hay una prédica que corre por las redes, según la cual, por tener el Estado una elevadísima cifra de empleados y hasta jubilados y la escasez de ingresos, no debe aumentar los salarios, sino la producción. ¿Cómo aumentar la producción? ¿Pudiera el capital privado hacer el esfuerzo necesario para aumentar la producción para un mercado inexistente? ¿Acaso el aumento de la producción no va precedido por el aumento de la demanda? ¿Quién es el loco que va a invertir sus reales en producir una cosa que de antemano sabe que nadie va a comprar porque no hay mercado? En fin de cuentas, esta es la historia del capitalismo, pese el Estado disponga de grandes recursos como ha sucedido en Venezuela, la política económica la impone la clase dominante; pues su lógica, cultura, formada por años en las academias, más las presiones internas y externas del capital asociado, terminan poniendo las cosas a su favor. Es cierto, pululan pequeños empresarios casi en la quiebra, mientras la cúpula acumula con avidez, que tiemblan, pensando en el aumento de salarios, pasando por alto que sin salario satisfactorio no habrá alza en la demanda, motivos para aumentar la producción y, en general, activar o dinamizar la economía como para que ellos, los pequeños productores y hasta comerciantes, puedan aprovecharse de eso y resarcirse de las actuales calamidades. Los monetaristas podrán seguir diciendo que hay que mantener atados los salarios porque eso genera inflación. Eso es su rol, su jugada por demás descubierta. Pero está más que demostrado, probado, ante la mirada y hasta los sentimientos de la gente común, que la inflación continúa imparable, inhumana, pese los salarios permanecen estancados o cuando se les aumenta, siempre el índice aparece por debajo del correspondiente a la inflación del período anterior al momento que se intenta balancear. Es pues insostenible ese argumento. Pero en todo caso, cabría preguntar. ¿Estamos ante un problema sin solución? ¿Es este el único país del mundo capitalista, donde el capital se lo distribuyen el Estado y los privados, al parecer este universo ahora con mayor poder verdadero, donde no hay solución a este grave problema? Nueva Zelanda frente a una crisis de paralización de la economía, con caída de la producción por baja demanda, asociada justamente a unos índices salariales deprimentes, ha optado por dos medidas; primero aumento de los salarios y de los impuestos a quienes tienen altos ingresos. Sería esta una medida justa de las que el monetarismo repudia, pero un Estado capitalista las ha asumido. Son más o menos las mismas medidas que aquí han venido proponiendo factores incluso del partido de gobierno como Pascualin Curcio, Boza, Valdez, etc. Aparte que estos, en el caso específico venezolano, además recomiendan indexar el salario al Petro y hasta el valor oro. Por lo de Nueva Zelanda, ya han salido los partidarios del monetarismo y más que eso, quienes no quieren se les aumente el salario a los trabajadores porque su renta particular está muy bien, no les interesa ni conviene haya aumento de la producción y hasta desean por razones políticas que todo esto se venga apique, a decir que esas medidas, buenas para aquel país, no lo son para nosotros y el único argumento que esgrimen es que aquella es una realidad distinta a esta, algo asì como una economía de mercado pero con lógica totalmente diferente y hasta el simplismo que, allá hay mucha producción, sin tomar en cuenta que la medida la han tomado, justamente, en virtud del decrecimiento de la economía, la caída de la producción por el bajo nivel de consumo y salarios. Pido perdón al lector por meterme en un asunto que poco conozco, por lo que pudieran decirme con sobrada razón no es de mi competencia, en lo que respecta a méritos académicos, pero estoy en medio del huracán; siento los vientos que me empujan y hasta los que me rebasan. No puedo comprar lo más elemental y sé, formo parte de una enorme legión que salió del mercado y eso debió, inevitablemente, impactar la producción hasta llevarla a bajos niveles. Entonces se trata de hacer algo en Venezuela para lograr el equilibrio, pues lo que vienen diciendo los monetaristas, eso mismo que al pelo hace el gobierno, pareciera ser por demás inútil. ¿Por qué si el gobierno de Nva. Zelanda, asoció la caída de su producción a los bajos salarios e intenta reactivar la economía, aumentándolos sensiblemente y, para asegurarse parte de los ingresos que le permita pagarlos, opta por subir los impuestos a quienes están siendo hasta lujosamente beneficiados, no es posible hacer esto en Venezuela? ¿Es qué el gobierno nuestro, siendo las dos economías capitalistas, obedece a una lógica distinta a la del de Nva. Zelanda? ¿Es la venezolana, supuestamente manejada por revolucionarios, una que procura cuidar, por encima de todo, la salud económica de quienes más ganan y tienen? La gente del gobierno de Nueva Zelanda, que pareciera ser muy moderada, nada ultrosa, se salió de la iglesia, pese la semana santa y subió los salarios. Cuba también lo hizo. ¿Con quién andan los monetaristas?

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