SEGUN UN "CHAVISMO" DESNUTRIDO, TODO ES "CULPA DE CHAVEZ", DEBIO IRSE A LAS GUERRILLAS. ?FALTA PODER MILITAR?

Fri, Feb 19, 2021 10:55 am Eligio Damas (damas.eligio@gmail.com) To:you Details Según un “chavismo” desnutrido, todo es “culpa de Chávez”, debió irse a las guerrillas. ¿Falta poder militar? Eligio Damas El primero de ellos fue Piñate, pongo sólo el apellido porque no le sé el nombre o no lo recuerdo y por flojera no voy a buscarle, pues sé que eso me daría mucho trabajo y para no decir una intemperancia, algo indebido, me limitaré a decir que la “masa no está pa` bollo” y el trabajo, no el de escribir, porque eso siempre ha sido como una perdedera de tiempo para quienes ven la vida como todo un negocio, sino todo lo que uno haga para intentar ganarse la vida a cambio de un salario, no es tan bien visto por este gobierno como para ponerle al trabajador, por lo menos, uno decente. Dijo Piñate entonces, unos dos o tres meses atrás, y por decir eso siendo funcionario si le pagaron y pagan muy bien, en respuesta a una pregunta que le formuló un periodista, que ellos no habían hecho la revolución completa, algo así como quien hace unas arepas y fríe un par de huevos, con lo que cuadra de una vez el desayuno, “porque no llegaron al poder por las armas”. Según aquello, para hacer lo que ellos querían, que era una revolución socialista a su estilo, al parecer distinta a la que Chávez llamó luego del “Siglo XXI”, en lo que ya estaba señalando una diferencia sustancial con lo que todavía cree Piñate, es necesario no tanto tener respaldo popular, tanto como el que los llevó al gobierno, con un control casi absoluto del aparato del Estado, como todavía sucede, una coyuntura apropiada, de ascenso de las luchas populares y progresistas en todo el continente, en el área económica y una crisis social que demandaba cambios y hasta un ingreso proveniente del petróleo de enormes magnitudes, sino haber llegado al poder por la guerra, la violencia, como para sustituir al mismo ejército que tanto les ha ayudado y sostenido. Es más, haber tenido desde el golpe del 2002 hasta hoy, el apoyo del ejército que, hasta se definió como socialista y chavista, no era ni es suficiente. No era ese el que necesitaban. Pareciera que lo esencial, según ellos, era haber llegado violentamente, con las consecuencias que de eso se derivan. Eso hizo falta; como el fuego para poder cocinar algo hasta llegar a su punto. Y advierto que nadie les estaba pidiendo tanto, eso de transformar la sociedad hacia el socialismo como ellos lo conciben, porque el cambur verde, por más carburo que le pongan siempre se empelota o madura sin alcanzar, no el estado ideal, ni siquiera el gustable y digerible. Sólo se les pedía que hiciesen lo posible para lograr aquello que Chávez llamó, sin temor ni argucias, “el vivir bien”. Pero todavía hay más. Piñate y quienes eso creen, que las revoluciones requieren inexorablemente “soldaditos de largas barbas, bigotes y rastros de paludismo en el rostro”, vuelven a contradecir al Chávez que en 1997 u 8, los desafió y les dijo, “si ustedes quieren seguir en la lucha armada quédense que yo me voy sólo a la contienda electoral” y se fue y a buena parte de ellos se los trajo arrastras. Y Chávez ganó las elecciones con un apoyo enorme, cuantitativamente hablando y de un amplio sector de clases y dio origen a la actual Constitución Bolivariana e incentivó el ascenso de masas en América Latina, les abrió espacios enormes a muchos y a la posibilidad de impulsar cambios sustanciales de haber habido la suficiente claridad en la dirigencia de la sociedad que eso quisiesen; lo que no está limitado al universo compuesto por tipos que piensan como el señor Piñate. Y cuando Chávez llegó exitosamente al poder, unos cuantos de ellos estuvieron a su lado y más, hasta los de atrás, pero allí mismito. Y cuando el presidente, después de haberles dejado el “Plan de la Patria”, debió ausentarse, les dejó además todo en herencia, hasta la fuerza militar representada en el ejército “chavista y bolivariano” y para complemento las milicias, lo que ha sido el soporte fundamental para que el gobierno no se haya caído. Pero con el paso del tiempo, quienes se dicen partidarios, defensores y hasta adoradores de Chávez, parecieran querer convertirlo en un santo; tanto que como él ya no está aquí, basta con orarle, jurarle fidelidad sólo a su nombre e insignias, pero contradecirlo en todo. Tanto le contradicen que al decir que no llegaron al poder por la vía armada, como motivo para que el país esté vuelto un desastre, están sustentando que la opción electoral de Chávez fue equivocada y carecen de poder y respaldo militar para tomar las medidas necesarias para ordenar la economía y la sociedad toda. Ahora mismo en Aporrea, algunos, porque son varios, que se adjudican la representación de Chávez “aquí en la tierra como en el cielo”, intentando contradecir a alguien que hizo severas críticas al gobierno, no sólo dicen que quien no explique todo lo que aquí sucede, hasta que el salario esté como caído en el suelo, que es un cómo trabajar de gratis, algo parecido al esclavismo, en las sanciones y no eche la culpa de todo, exclusivamente, al imperialismo, es porque es agente de este y de la CIA. Y repiten también lo que antes dijo Piñate, que eso pasa porque “no llegamos al poder por las armas”. Porque contradicen y hasta niegan a Chávez en aquello que solía decir el comandante, “hasta las piedras hablen”, Hay un documento, fechado en el 2018, llamado “Recomendaciones para atender la coyuntura económica y marcar un nuevo rumbo a la economía Venezolana”, firmado entre otras personas por Antonio Boza, Agustín Calzadilla, Pascualina Curcio, María Alejandra Díaz, David Nieves, Julio Escalona, Fernando Soto Rojas y paremos, donde ya en esa fecha se propone intervenir PDVSA-GAS, por lo que todo el mundo sabe, fortalecer el valor del bolívar, recuperar y en general darle un rumbo totalmente distinto a la economía, que si les aplicamos los criterios anteriores que parecen imponerse en factores del gobierno y sus publicistas, a toda esa gente habría que declararles traidores a la patria. Y es evidente, que no se puede justificar el no aplicar esas medidas diciendo que les hace apoyo militar, pues ellos “no llegaron al poder por la vía armada”. De acuerdo con ese razonar, las luchas de Chávez, aquello de lograr la convocatoria del poder constituyente, la aprobación de una nueva carta magna por la vía del voto popular y que en esta estén estampadas y abiertas las vías para continuar a avanzando, no tuvo valor, como tampoco, haber dejado escrito “El Plan de la Patria”, lo que incluye, en primer término, alcanzar eso del buen vivir. Fueron esos gestos inútiles, porque se lograron por la vía electoral y para que funcionasen tuvo que haber sido después de una guerra y la violencia necesaria. La sociedad perfecta, pareciera lograrse un poco a la manera de aquello que John Reed, el periodista norteamericano, conocido como “El Rojo”, describió en aquel libro leído en los tiempos de “la fiebre del cólera”, cuando uno todavía era carajito, titulado “Los diez días que estremecieron al mundo”. Una narración, casi en tiempo real, de lo que acontecía en la Rusia de los bolcheviques llegando al poder en octubre de 1917. De cuando los decretos salían del buró político y jefatura del Estado como balas de una ametralladora, todo destinado sólo a descomponer la sociedad zarista. Pudiera uno entender que no sólo se requiere llegar por la vía de las armas exclusivamente, pues hay algo más, que el ejército sea pertenencia casi absoluta, muy íntima, de quienes dirigen “el proceso” y no tener que tomar en cuenta para nada a quienes aquél dirigen. Pero en todo esto hay algo más curioso. Quienes parecieran creer que defienden al gobierno, pues ese parece ser su intento, con su argumento de “no haber llegado al poder por la vía de las armas”, como causa de lo malo que estamos, están dándole validez, justificación y sustento a lo que en estos últimos 20 años ha estado haciendo la derecha y particularmente Leopoldo López, por disposición de gobiernos de EEUU, aquello de las guarimbas, intentos de golpes de estado y hasta invasiones militares. De donde se concluye que, o mejor quienes eso sustentan, deberían dejar el gobierno e irse a las montañas, dejarse crecer las barbas y que les piquen la mayor cantidad de mosquitos posible hasta que les dé paludismo y de allá regresar victoriosos, derrotando al ejército que ahora les apoya, porque así podrían hacer la revolución que desean y, los gringos y todo el capital existente, les dejarían el camino despejado. Sin duda, para ellos, pese han hecho de Chávez un santo y no un combatiente revolucionario, este se equivocó al optar por la opción electoral en 1998, en lugar de irse a las guerrillas. Él es el culpable de todo lo malo. Si así hubiese hecho, ya la revolución socialista estuviera lista y puesta.

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