?POR QUE LA POLARIZACION ? (Eligio Damas)

¿Por qué la polarización? ¿Es ineluctable? ¿No hay espacio para otra opción? Eligio Damas Mucha gente que se asoma a la ventana, mira el escenario, luce convencido que aquí, electoralmente, no hay otra cosa que hacer sino votar por la oposición del G-4-3, 2, 1 o como se llame, la misma que intenta hacer unas elecciones primarias sin CNE, porque según ella, éste es tramposo, pero tendrá que aceptarlo llegado el momento, dado es obligación constitucional, la del gobierno o sumarse al ya demasiado numeroso universo abstencionista. Juan Barreto ha dicho que, el rollo o revuelo opositor con las primarias sólo tiene como fin, buscar apoyo, sobre financiero, en el ámbito internacional. En mi parecer, no me luce muy redondo, completo, ese juicio. Al margen del método que la gente que en eso anda, de ponerse de acuerdo mediante un proceso electoral privado, siempre tendrá ese respaldo del cual habla Barreto. Lo viene gozando desde hace más de 20 años y no hay motivos para pensar que lo hayan perdido totalmente. Lo que sí pareciera perdido para los factores internacionales es la fe y esperanza de lograr sus fines, lo que buscaban, más allá del poder o la presidencia, en lo inmediato. El propio Trump lo reconoció y, como mal perdedor, tiró los dados contra el suelo, volteó la mesa y golpeó hasta a los suyos que estaban a su espalda. Es bueno, desde ya advertir que, para la extrema derecha o por lo menos una buena parte de ella, no es difícil organizarse en torno a una candidatura escogida en unas elecciones “internas”, dadas las coincidencias entre sus integrantes, las mismas que les ha permitido seguir juntos en lo que ahora llaman simplemente G o G-1 y haber estado en el gobierno interino. La complicidad en eso casi los obliga a mantenerse unidos o pegados aunque sea "con saliva de loro". No obstante, la idea de elecciones primarias sin el CNE, surgió, entre otras razones, debido al asunto de las inhabilitaciones. María Corina Machado, Capriles y otros más, saben que sobre ellos pesa esa medida desde tiempo atrás y el CNE no les brindaría apoyo habiendo de por medio esas candidaturas inhabilitadas. De manera que negarse a presentar sus candidaturas en unas elecciones internas "administradas" por el CNE, dado que por aquellas resoluciones no serían aceptados, pues ese organismo no tiene facultad para desconocer lo que no les compete, fue como una obligaciòn. Entonces, la única manera de lograr condiciones para que se les suspendiese la medida de inhabilitación era aparecer como candidato único de un fuerte bando opositor y el apoyo internacional. Y, esto facilitó, o desarrolló en ellos, un deseo mayor de unidad. Por eso mismo, optaron por no acudir al CNE en ayuda para esas elecciones, lo que de paso, aparte de garantizarles pulcritud y confianza, les ahorraba un dineral. Aunque hay una narrativa, no sin fundamento, que en las conversaciones que se realizan a nivel interno en determinados espacios y entre interlocutores no identificados y también a nivel internacional, dado que el peso de las sanciones obliga al gobierno a atender las solicitudes ajenas a lo nacional, según la cual, ese tema de las inhabilitaciones viene siendo manejado. Por algo, María Corina Machado, en ese su estilo superlativo, ha dicho, palabras más o menos que, en última instancia, Maduro tendría que enfrentarse con ella. Lo que significa además que, se da por adelantado de ganadora de las primarias y supone la permanencia del mismo cuadro que ahora se exhibe en el insòlito museo venezolano. Ahora mismo, Luis Florido, militante sempiterno de esa oposición, está siendo vilipendiado, por plantear continuar con las primarias, sustituyendo a los candidatos inhabilitados, que por cierto, no lo son de ahora, sino de unos cuantos años atrás. ¿Cómo entenderles no acepten ayuda del CNE para unas elecciones internas, dentro de su sólo grupo, en donde el “tramposo” organismo electoral, según ellos, no tiene interés, si al final, cuando su candidato acuda a competir directamente por la presidencia, tendrá que hacerlo con la intermediación de ese organismo? ¿Acaso la experiencia anterior de elecciones primarias, cuando quienes fungieron de tribunal dieron unos resultados que no fueron del agrado de una buena parte del electorado y aquellos en lugar de optar por una revisión para dejar, en la medida de lo posible, satisfechos a los inconformes, optaron por quemar urnas y papeletas o sea todo el materia electoral, no contribuyó a generar mayores dudas y divisiones? Pero esas elecciones primarias, promovidas por quienes se creen ganadores estando inhabilitados, lo que significa que no les queda otra salida, animaron también a buena parte de quienes estando en ese mundo opositor, tienen sus sueños y hasta pensaron que, aun sin ganar, según la posición en que lleguen, podrían terminar siendo candidatos a la presidencia en sustitución de los ganadores inhabilitados. De allí, justamente, de ese sueño emerge la proposición de Luis Florido. El cuadro interno, el venezolano de hoy, es radicalmente distinto al de 10 ò 12 años atrás, por tomar una referencia temporal, que nos sea de utilidad. Las tendencias que, en el universo opositor más extremista, ese que se reconoce con la letra G, se disputan el derecho a representarlo con un candidato, cuentan con respaldo de una masa opositora, que podría ser más grande, si quienes viven en el exterior pudieran ejercer su derecho. Lo que podrían arreglar si las conversaciones llegan a acuerdos satisfactorios para ambas partes. Pero si somos equilibrados, tendríamos que reconocer que los electores venezolanos, están divididos en parcelas pequeñas y de ellas hay muchas. El factor oficial quizás sea la mayor, pero es una de ellas. La determinante mayoría de los venezolanos es abstencionista. Un 20 ò 25 % lo ha sido siempre. Pero ese universo aumentó sustancialmente en base a antiguos votantes opositores decepcionados por los constantes errores de su dirigencia y la prédica de esta contra el sistema electoral dadas sus constantes derrotas ante Chávez y luego por imponer en la mente colectiva la salida violenta e ilegal. Este propósito impuso una prédica anti electoral o abstencionista que no es fácil revertir. Pero las divisiones y distanciamientos entre el universo que ha venido siendo llamado “chavismo”, también ha aumentado la cifra de abstencionistas. Pues, por lo que uno percibe hasta ahora, aparte del PCV, partido siempre de poco respaldo y militancia, asunto que poco le mortifica dada sus concepciones, el resto está distribuido en pequeños grupos dispersos e infinitas individualidades y no se percibe grupo o persona, con capacidad, liderazgo y respaldo moral para unirles como pareciera intentar hacerlo Rafael Ramírez, sin muestra alguna de asidero. Los tantos errores cometidos y particularmente la convicción de factores, antes en aquella oposición, desde los tiempos de la MUD, que la “salida”, más que una equivocación fue un disparate, una “loquera”, produjo una significativa, muy honda, división. Por lo que la oposición a Chávez, no tiene las mismas características que la que ahora tiene Maduro. Pues ella se fragmentó, se hizo añicos. Hasta se habla de “alacranes”, lo que para muchos, significa personajes o factores antes opositores que ahora hacen causa común con el gobierno. Asunto que, en mi parecer, no es exactamente así, sino que asumieron una manera diferente de hacer oposición. Diría que intentan recuperar la sindéresis y la posición que le es competente. Por lo que hay otro universo opositor distanciado de quienes ahora participan en las primarias, que antes han presentado sus candidaturas, como aquellos pertenecientes a los viejos partidos, derivados de estos y hasta partidos nuevos emergidos del chavismo. Es decir, más allá del oficialismo y el G, hay muchas parcelas donde existen, sin que nos quede duda, enormes posibilidades para llegar a acuerdos. En este suburbio, las posibilidades de elaborar un programa, ruta y hasta lograr una candidatura, pensando en el presente y en el futuro, pues aquí, habrá elecciones de diferente tipo y escala, son muy reales y fácilmente alcanzables. Sólo se trata de mirar con detenimiento y hacia el horizonte; romper con viejos paradigmas- escojo esta palabra que poco me gusta por lo manido, por lo que mucho gusta - y percatarse que las bases para entenderse, elaborar un programa de luchas dentro de la actual realidad venezolana, donde el rescate del salario, las propiedades nacionales, como la industria petrolera, reelaboración de un programa anti rentista e independiente, da bases sustentables. Yo diría, usando una terminología convencional que hay un amplio espectro opositor dividido en parcelas, perteneciente al mundo de la socialdemocracia, con fundamentos para llegar a acuerdos, poniendo a un lado los bajos sentimientos, rencores y las rencillas de muy baja estirpe. Así como en el bando del G, ese que Juan Barreto dice que sólo busca apoyo internacional, cuando ya lo tiene, hay acuerdos sobre políticas y economía, en este que he llamado socialdemócrata, sólo les separan las viejas rencillas, odios y desconfianzas generados por los tantos errores cometidos en estos últimos 20 años: En este otro sector, también hay suficientes bases para participar juntos por un sueño o una meta. Pero todavía nos queda otro espacio o universo que tiene mucho peso o fuerza cuantitativa. Es aquel que formó parte de lo que el Dr. Rafael Caldera llamó “el chiripero”, y pese eso le permitió ganar las elecciones enfrentando a AD y su propio partido Copei, el cual presentó otra candidatura. Un universo o espectro formado por factores de la izquierda y de esa enorme masa de habituales abstencionistas, la que se mantuvo al margen del MVR y de PSUV o formó parte de esos partidos y se ha venido distanciando en grandes cantidades por su inconformidad con el gobierno, la ausencia del atractivo, la magia discursiva y actuante de Chávez, particularmente en el inmenso mundo de los trabajadores y los militantes de los partidos que antes estuvieron en el llamado Polo Patriótico. Es cierto, estos, considerados individualmente, tienen poca militancia y hasta volumen de votantes, pero son unos cuantos y su sola unidad en un proyecto, se convierte en un atractivo o imán, tal como sucedió con Caldera. Pudieran resultar un gran efecto multiplicador. Y hay algo más, entre este último universo o mundo que he llamado la izquierda y el anterior, definido como de la vieja socialdemocracia, hay un enorme espacio para llegar a acuerdos y diseñar, sin dificultades, un programa mínimo, discreto, de gobierno, pues abunda lo que los une, como la materia salarial, políticas económicas y sociales en concordancia con los intereses nacionales y la soberanía nacional. Es más fácil y hasta dialécticamente entendible, el logro a corto tiempo, de un acuerdo entre estos dos últimos factores, la izquierda y la socialdemocracia, que en el primer lote definido como de la extrema derecha, dada la enorme disputa allí existente por el liderazgo, las enorme heridas dejadas por las luchas guarimberos y las disputas por los manejos de los recursos nacionales de la llamada presidencia interina. Y es posible, si se deponen las viejas rencillas, los rencores, hasta percepciones culturales infantiles, imaginaciones sin fundamento y diferencias ajenas a las contradicciones fundamentales e inmediatas, llegar a acuerdos que cambien el cuadro de polarización y sirvan de fundamento para construir una opción que, aunque no sea ganadora, pese no este el momento para descartarla, si darían con seguridad, la oportunidad de recomponer el cuadro político y generar, por lo menos, un equilibrio que ayude a cambiar y resolver muchas cosas en el país; destruir la polarización, generar una nueva y equilibrada distribución de las fuerzas, reincorporar a una enorme multitud que se mantiene al margen por las decepciones, descontento contra ambos polos y el excesivo control del Estado por una parcialidad. Responder Reenviar Reply, Reply All or Forward

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