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Uso de Razón
Estados Unidos se asoma al caos
Si triunfan los candidatos pertenecientes a la corriente de Donald Trump, la democracia más antigua del mundo entrará en descomposición acelerada y no exenta de violencia.
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Pablo Hiriart
Uso de Razón
noviembre 07, 2022 | 7:43 am hrs
Mañana es el día en que los estadounidenses elegirán entre defender la democracia o poner a su país en la senda del caos. Aunque muchos de ellos no lo sepan.
Si hay un triunfo aplastante de los candidatos pertenecientes a la corriente de Donald Trump (MAGA), la democracia más antigua del mundo entrará en descomposición acelerada y no exenta de violencia.
Trump logró ubicar a unos 300 candidatos de MAGA a puestos relevantes que estarán en disputa en las elecciones de mañana, y su principal elemento en común es que desconocen la legitimidad de Biden como presidente de Estados Unidos
Llegó a la Presidencia por fraude, dicen.
El peligro para Estados Unidos no es el Partido Republicano, sino Trump y MAGA.
La semana pasada el presidente Biden dio un mensaje, en Washington, cuya profundidad no ha sido aquilatada en su real importancia:
“Mientras estoy aquí hoy, hay candidatos que se postulan para todos los niveles de cargos en Estados Unidos: para gobernador, para el Congreso, para fiscal general, para secretario de Estado (locales), que no se comprometen a aceptar el resultado de las elecciones en las que están compitiendo”.
“Este es el camino hacia el caos en Estados Unidos. No tiene precedentes, es ilegal y es antiestadounidense. Como dije antes, no puedes amar a tu país sólo cuando ganas”.
Un caso emblemático del riesgo que corre Estados Unidos mañana martes se ubica en Arizona. La candidata a gobernadora Kari Lake sostiene que Biden es un presidente espurio, ilegal, porque venció mediante un fraude.
El fin de semana hizo campaña desde el muro en la frontera con México y anunció medidas más drásticas contra migrantes, envuelta en el discurso de odio que da energía al trumpismo.
Ahí en Arizona, el candidato republicano (MAGA) a senador también afirma que Biden no es el presidente legítimo de Estados Unidos.
Lo mismo afirma el candidato a secretario de Estado, exintegrante de un grupo armado, que –de ganar– será la autoridad electoral de Arizona. Ya dijo que desconocerá el resultado que dio por triunfador a Joe Biden.
El candidato a fiscal estatal anunció que llegará al cargo a “hacer justicia” contra los que le “robaron el triunfo a Donald Trump”.
Directo: Arizona no reconocería a Biden como presidente de Estados Unidos.
¿Qué estados le van a seguir?
Lo que viene después de un triunfo arrollador de los candidatos de Trump es lo que advirtió Biden la semana pasada: el caos.
Viene, también, un bloqueo total a la administración del presidente Biden, desde el Congreso.
No es descartable que haya violencia política en Estados Unidos el próximo año, si los candidatos de MAGA triunfan mañana y coartan derechos civiles, como ya han hecho al dificultar el voto a las minorías en 19 estados.
Y la elección presidencial en 2024 pondría a Estados Unidos en la boca de la guerra civil.
Trump candidato jamás va a reconocer una derrota.
Mucho menos si su movimiento tiene el control de gobiernos y autoridades electorales en los estados.
La prepotencia de MAGA olvida que los dueños de las calles son los demócratas. Han estado tranquilos estos dos años para no complicarle aún más las cosas al presidente por el cual votaron.
Pero la movilización en serio es una capacidad que ellos han demostrado tener. El principal detonante que los saca a protestar es el abuso contra minorías.
¿Supremacistas blancos, investidos de autoridad electoral, van a decidir quién gana y quién pierde en las elecciones?
Los extremistas de MAGA pueden mover a piquetes de milicias armadas, mas no a multitudes.
Biden sabe lo que dice: el triunfo de MAGA en las elecciones de mañana llevaría a Estados Unidos al caos.
Democracia o un paso hacia la barbarie, en el país más armado del mundo, es lo que se juega mañana.
La batalla decisiva, sin embargo, quizá la final, se dará en 2024, con la previsible derrota de Trump –que no va a reconocer–.
Mañana puede ganar el malestar por el precio de la gasolina, pues las motivaciones de los electores son bastante menos refinadas de lo que generalmente suponemos.
Pero 2024, la Presidencia, es otra cosa.
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