ORIGENES Y DESTINO DEL BIPARTIDISMO EN VENEZUELA(Eligio Damas)
Orígenes y destino del bipartidismo en Venezuela (Parte II)
Eligio Damas
El Pacto de Punto Fijo es el antecedente más notable del bipartidismo.
Así pues que, el señor Betancourt, con apego a los conocidos Pactos “de Nueva York y Puntofijo”, constituyó su gobierno e incorporó al mismo a destacadas figuras de URD y COPEI. “El Pacto de Nueva York”, fue un acuerdo a tres: AD, URD y COPEI, pero más entre Villalba, Betancourt y Caldera. Se firmó en aquella ciudad del norte días antes de la caída del dictador, aprovechando el tardío exilio del último de los nombrados. Dicho pacto se proponía, desconociendo lo que sucedía en el interior del país, como se comprueba con la cita hecha del señor Moleiro, integra un gobierno con la participación sólo de esas fuerzas y excluyendo, en un documento, al partido eje de la lucha en la etapa final de la dictadura, el PCV.
Pocos días después de la caída del dictador y gobernando la Junta presidida por Larrazábal, aparece un comunicado de los “Tres Grandes Partidos” (AD-URD-COPEI), “que buscaba rebajar la influencia del PCV entre las masas de Caracas”[1]
Luego se firmará el “Pacto de Punto Fijo”, llamado así por el nombre de la casa quinta habitación del Dr. Caldera, escenario del acto político, que implicó los siguientes compromisos:
1.- Los “Tres Grandes Partidos", convienen en respaldar al gobierno provisional de Larrazábal.
2.- Acuerdan un reconocimiento a las gestiones electorales que llevan a cabo.
3.- Convienen en reconocer la validez y legalidad de los resultados que arrojen las urnas y brindar apoyo decidido a quien resulte ganador del cargo presidencial.
4.- Por supuesto, brindan apoyo al sistema democrático y convienen en colaborar con quien resulte ganador, aportando militantes suyos para ocupar cargos en el nuevo gobierno.
5.- También se pusieron de acuerdo en distribuirse otros cargos de los poderes públicos, distintos al ejecutivo, tales como la presidencia del senado y diputados y otros menores, según los resultados electorales.
6.- Así mismo, figuró en el pacto una declaración favorable al desarrollo de una política nacionalista y soberana, sobre todo en lo que respecta al manejo de los recursos naturales y de no más concesiones en el área petrolera.
De esa manera se comprende, como al inicio del régimen democrático, con el señor Betancourt, se implantó un gobierno a tres. AD y sus “feroces adversarios” de antaño.
Precisamente para Acción Democrática, tal decisión envolvió serias contradicciones; pues para los jóvenes adecos que después conformaron el MIR, implicaba no sólo la exclusión del PCV, al que se sentían unidos, sino al mismo tiempo, la inclusión de factores que habían aprendido a identificar como importantes y connotados adversarios suyos.
En efecto, los jóvenes adecos habían aprendido a interpretar al PCV como un hermano de ruta, en la dura experiencia de la lucha clandestina y en el compartir por igual la incomodidad de la represión y el saber que las cárceles, en la dictadura, estaban llenas de comunistas y adecos. El mismo calificativo de adeco, bien sabían los jóvenes, lo había inventado la policía de la dictadura, para hacer alusión a un sospechoso tinte comunista del partido AD. Pero también había internalizado el viejo pensamiento de los creadores del partido, como Valmore Rodríguez, quien dijese que “COPEI representa al sector más reaccionario de la población, que en ninguna ocasión ni momento coincide, ni puede jamás coincidir con la orientación ideológica de Acción Democrática” [2]
Para Moleiro, a quien insistimos en citar por ser una pieza valiosa para entender ese proceso hacia el bipartidismo, pues representa el sector izquierdista de AD de inicios de la década del sesenta. “el ajuste exacto, la coincidencia entre la postura Adeca y la burguesía venezolana, se producirá a partir de 1958”.
Sin embargo, cabe destacar que Moleiro se refiere al sector adeco que comandaba el señor Betancourt que, se le conocía como “la vieja guardia”. Pues su juicio no puede envolverlo a él mismo y sus compañeros que en 1960 fundaron el MIR y tampoco a los futuros cuadros del MEP.
Hay pues aquí un antecedente serio para entender el bipartidismo y la historia reciente de la izquierda.
URD y COPEI hicieron dura oposición al gobierno de Betancourt en el trienio 45-48.
Quienes en 1945 inician la estructuración de Unión Republicana Democrática (URD), lo hacen declarando en diciembre de ese año que:
“los acontecimientos políticos ocurridos en el país los últimos días –se refieren a hechos bajo el gobierno provisional y de facto de Betancourt, después que éste derrocó a Medina, por la llamada Revolución de Octubre- obligan a quienes se preocupan por la suerte de la democracia y de las instituciones republicanas a mantener una actitud de vigilancia permanente frente al desarrollo de la política nacional, y a contribuir por todos los medios a que el amplio ejercicio de las libertades públicas y las conquistas democráticas logradas se afiancen y amplíen”.[3]
Y este partido al nacer, sostuvo en el mismo documento citado antes que entre sus fines está el de:
“Prestar su cooperación y propiciar la de toda la ciudadanía a fin de que pueda realizarse eficazmente el programa formulado por la Junta Revolucionaria (Junta que preside Betancourt), de convocar una Constituyente con el voto directo para la elección del Presidente de la República y otras formas democráticas”[4]
Más tarde, en la “plataforma Electoral” del partido para la Asamblea Constituyente (1946) – Asamblea que debía, como en efecto lo hizo en 1947, elaborar la nueva Constitución y posibilitó las elecciones que ganó Rómulo Gallegos – dijo que “la obra que toca realizar a la Asamblea Constituyente es dar a la Nación un régimen de gobierno que sea trasunto de nuestra realidad social, expresión democrática del querer de los venezolanos y no instrumento de una oligarquía privilegiada, de un partido o de un caudillo”.[5]
En el documento antes citado se refleja la desconfianza y rechazo por el partido AD y el jefe del Poder Ejecutivo (Betancourt) a quien aluden llamándole caudillo.
Más adelante dicen los urredistas, solicitamos “Entrega de todo el poder a la Constituyente. Constitución de un gobierno provisional imparcial, a fin de que las elecciones para Presidente de la República, puedan verificarse bajo la garantía de una completa igualdad entre todos los partidos políticos”.[6]
En las declaraciones anteriores dejan claramente establecido, los miembros de URD, su oposición y desconfianza frente al gobierno de Betancourt.
Si bien es cierto que URD, como lo mostramos con los documentos citados anteriormente, decidió darle oportunidad a la Junta de Gobierno encabezada por el señor Betancourt, también lo es, que lo hizo con reserva y desconfianza. Lejos estén los días cuando el jefe de AD y el Dr. Villalba, eran líderes estudiantiles que se profesaban solidaridad.
Villalba mantuvo su apoyo hasta el último momento al gobierno del general Medina y por supuesto esto agudizó las diferencias entre ellos.
Con esa conducta, Villalba estuvo más cerca del PCV, pues esta organización asumió también la defensa del gobierno de Medina.
Aquel gobierno de Medina, tuvo “el apoyo del remanente gomecista, dentro y fuera del ejército, de las fuerzas fieles a López (general Eleazar López Contreras, quien sucedió en el poder al general Juan Vicente Gómez), de los propietarios de tierras, del capital importador y usurario y de toda la reacción, a quienes en su discurso de toma de posesión les aseguró su identificación con el anterior régimen que, según afirmó, ha devuelto a Venezuela el imperio de la justicia, la concordia y el progreso honesto y perdurable. Pero también le apoya el Partido Comunista, pese a que en ese mismo discurso de que te hablé antes, amenazó a todas las fuerzas progresistas, diciendo que utilizaría las leyes para garantizar el orden contra toda intención de obstaculizar la labor honrada y eficaz con actividades disociadoras y alteradores de la paz social”.[7]
Y el PCV apoyó a Medina, pese también a que éste teniendo mayoría absoluta en el Congreso, mantuvo vigente el famoso “Inciso Sexto de la Constitución que prohibía la actividad de los comunistas…”[8]
Durante el gobierno del señor Betancourt (trienio 45-48), COPEI y URD, practicaron una oposición dura y durante años acusaron al partido AD y al gobierno de conducirse con excesivo sectarismo y retaliación; le acusaron de prácticas persecutorias y otras conductas antidemocráticas y en algunas de esas acusaciones estuvieron bien fundamentados. Es ya un hecho conocido que el gobierno se excedió en acusar de peculado a cuanto funcionario tuvo el régimen medinista. Hasta Arturo Uslar Pietri fue víctima de aquellos excesos. También se admite hoy como verdaderas, específicas acusaciones de torturas en el famoso sitio del “Trocadero”.
8.- Damas, Eligio. “·El gobierno de Medina. Diario de Oriente. Barcelona
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